El Valle de Quirós se encuentra situado al Sur de la zona central del Principado de Asturias, en la conocida como España Verde, en plena Cordillera Cantábrica, con un relieve muy accidentado y boscoso en el que se integra un paisaje rural bien conservado; a pesar de estar solo a poco más de 30 kilómetros de la capital asturiana a través de una buena red de carreteras.
Gran parte del municipio está declarado paisaje protegido, ocupado por amplias manchas boscosas autóctonas de roble, haya, castaño, acebo, abedul y tejo, sin olvidarnos de las zonas de alisedas en el entorno de los ríos y de encinares en las zonas rocosas de las cotas más bajas; en estas se refugian las especies más representativas de la fauna Asturiana, destacando los osos, lobos, zorros, tejones, ginetas, nutrias, ardillas, jabalíes, rebecos, corzos, aguilas, buitres y urogallos, entre otras muchas especies. En las zonas húmedas existe una población creciente de aves acuáticas, facilmente observables, como la garza real y ánades. Siendo la trucha el pez más abundante en todos sus ríos. En algunas zonas también podemos encontrarnos con el cangrejo de río.
En definitiva la primera sensación que nos causa el Valle de Quirós, es la oportunidad de poder disfrutar de un lugar remoto, alejado del ruido y el ritmo acelerado de las zonas urbanas. Conservando entre sus montañas una rica arquitectura tradicional, casas solariegas, hórreos, molinos de agua, lavaderos, remotas capillas y numerosos restos de conjuntos castreños y megalíticos que nos remontan a un pasado en el que se enlazan los acontecimientos históricos y la leyenda.
Nos instalaremos en Bárzana la capital del municipio, en la casa rural Corrada Torales desde donde podremos comenzar nuestra ruta del sábado hacia la cima de Picu Zarameu con 1564 m de altura sobre el nivel del mar para poder disfrutar de las impresionantes vistas que nos ofrece esta Reserva de la Biosfera. El día siguiente no será para menos ya que iremos al desfiladero de las Xanas que con su espectacular paisaje y sus leyendas hacen que sea necesario pasar por él antes de disfrutar de un pote de castañas casero para despedirnos de este magnífico viaje.