Preservado en un microclima excepcional e integrado en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, encontramos el último hayedo del sur de Europa. Los ríos Lillas y Zarzas, que nacen en el glaciar de La Buitrera, lo alimentan. El bosque crece en dos valles flanqueados por altas y afiladas crestas rocosas, lo que ha permitido su conservación a lo largo del tiempo debido al difícil acceso.
Nos encontraremos en un ambiente de cuento de hadas gracias a los colores de este hayedo, que es un verdadero atractivo turístico. Además, en la zona también crecen robledales, pinos silvestres, tejos, acebos y abedules. En su suelo brota el apreciado Boletus Edulis en otoño, y sus cielos son cruzados por el águila real, mientras corzos, zorros y jabalíes recorren sus tierras.
En 2017, junto a otros hayedos de España y Europa, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como parte de la extensión de los hayedos primarios de los Cárpatos y otras regiones de Europa.