Esculpidos por doquier en el granito de la Pedriza vemos tortugas, caras de indios, caracoles, camellos e incluso un elefantito. Es este último el protagonista de nuestra ruta, que sin duda es la escultura más perfecta de cuantas decoran estos montes, cuesta creer que además de un método material, no haya una intención oculta a la hora de esculpir estos majestuosos riscos. Como si de un descubrimiento de algo que el ojo humano es la primera vez que admira, disfrutaremos de esta hermosa ¿casualidad? que la naturaleza nos brinda con su buen hacer.
A su vez, tendremos la fortuna de disfrutar de un paraje como es la Pedriza y para llegar a nuestro objetivo pasaremos por diferentes cuevas como es la cueva de los bandoleros con el famoso “alcornoque de los bandoleros” y la cueva del Ave María de donde se dice que si gritas en su interior ¡Ave María…!, esta te responde.