Imagina esta escena… Estás en plena montaña con tus amigos, explorando senderos y disfrutando de la naturaleza… pero, ¡oh, vaya! Os dais cuenta de que os habéis perdido.
¡Que no panda el cúnico!
Antes de partir, un paisano del último pueblo os dio un consejo: “Tened cuidado, esta ruta puede ser engañosa. Si os despistáis, seguid el arroyo, que os llevará de vuelta al pueblo”. Con esa información en mente, la aventura se transforma en un reto emocionante.
¡No parece tan difícil encontrar el camino de regreso! ¿O si?